I Love This Game

| 24 enero 2017 | 0 Opiniones |
Después de no sé cuanto tiempo regresé a una de las actividades que desde niño me apasionó: el basquetbol.

Fue durante los primeros años de primaria cuando me sentí atrapado por este deporte, el cual, lo jugué al menos durante 9 años, desde primaria hasta la preparatoria, en realidad, ha sido el único deporte que practiqué en serio, pues, el futbol sólo era de manera esporádica y la verdad era medio tronco, quizás por eso jugaba de defensa, así, mínimo estorbaba.



El por qué lo dejé de practicarlo se debió a diferentes factores, pero los principales, creo yo, fueron las responsabilidades, primero las universitarias, después las laborales por lo cual, pasé de jugar 5 días a la semana cuasi relgiosamente a 'a ver cuando tengo chance... y ganas'.

Hace tres años abandoné el gimnasio y con eso llegaron los kilos de más, hasta el año pasado que retomé el gym sin los resultados esperados por diferentes circunstancias, así que decidí [probablemte rodeado por la nostalgia] regresar mínimo a canastear, pues las rodillas ya no me dan para brincotear como antes.


Hoy fue mi primer día [porque los lunes no abren el parque], y como era de esperarse, el tiempo no pasa en vano, estoy oxidado, no logré encestar más de dos intentos seguidos, tiros cortos o tiros con demasiada galleta, me cansé más de ir detrás del balón [la desventaja de ir solo], el consuelo que me queda es sólo el principio.

Dale poder a un ignorante...

| 19 enero 2017 | 0 Opiniones |
El día de hoy me topé con un artículo de Vice News llamado: 'La gente es como la basura: hay que separarla': cadeneros de antros en México, donde se hace una investigación de algo que se ha sabido desde hace décadas, los cadeneros son bestias con poder.

El trabajo de los cadeneros, como muchos sabemos, es "seleccionar" quién entra a un bar/antro/disco y quién no y todo haciendo un juicio tan banal partiendo de tu apariencia y tu posición social; tal como dice el artículo en cuestión: 'custodian la puerta de lugares a los que difícilmente se dejarían entrar a sí mismos', así se podría resumir todo.

Leer el artículo me hizo recordar una de las pocas ocasiones [realmente pocas] en que llegué a ir a un antro y precisamente, el cadenero fue una de las razones por las que decidí dejar de ir, además de la estupidez de pagar una botella al triple [mínimo] de su costo, además que antes se acostumbraba ir a bailar [ignoro si aún se hace], y pues yo no bailo ni en defensa propia.

Lo siguiente sucedió hace ya casi 15 años, una amiga hizo reservación en un antro que se llamaba Bashá para festejar su cumpleaños, ese día, pasé por otras dos amigas, llegamos el antro y  tuvimos que esperar a que el animal que ponen en la puerta nos hiciera caso, por más que decíamos que teníamos reservación no nos dejaban entrar, le hablamos a la cumpleañera, quien ya estaba dentro del lugar, salió a decirle al cadenero que eramos sus amigos y que por lo tanto, teníamos reservación y bla, bla, bla... al final, el cadenero se nos acercó y nos dijo:

- Pasen... pero sólo ellas, tú no puedes entrar [apuntándome], le pregunté por qué razón y contestó que ya había muchos hombres adentro y hacían falta mujeres.

Así de pendejo su argumento; a partir de ese día, decidí que ningún pendejo me iba a discriminar ni a humillar una vez más, ni quiero perder mi tiempo y dinero de manera tan absurda; lo más triste es que hay gente que parece gozarlo y ahí están cada fin de semana, humillándose tratando de entrar al lugar de moda para encajar en cierto círculo social, sin duda, cada quien se da el valor que quiere.



Delincuencia

| 16 enero 2017 | 0 Opiniones |

Hace unas semanas hablé del dolor de cabeza que implica ser víctima de la delincuencia, pues parece que las personas encargadas del proceso de la impartición de justicia no desean hacerlo.

Pues bien, el día de ayer por la noche, entraron a robar a la casa de una vecina, al darnos cuenta se marcó al flamante y recién instaurado 911; estuvimos esperando a que llegara una patrulla aproximadamente 20 minutos [!y eso que era la patrulla más cercana¡], si hubieran tardado un poco menos, habrían cachado al ladrón, pero pues no pasó.

Realmente, el hecho de que llegue la policía o no parece no tener importancia, pues, ni siquiera  se levanta un acta de los hechos; el agente que llegó sólo se encargó de revisar superficialmente y emitir el juicio 'sólo se llevaron chucherías'. ¡No mames!, entraron en propiedad privada, ¿eso no es delito? ¿cualquier imbécil puede violar una cerradura y entrar a tu casa y llevarse tus 'chucherías'?

Si esa es la gente encargada de impartir seguridad y justicia, ¿qué podemos hacer? Bien dijo una amiga, por eso la gente empieza a hacer justicia por su propia mano, por la ineficiencia de la autoridad.