A Day In The Life.

| 07 mayo 2012 | |
Qué importa si ya no es el joven aquel.

Con un estadio Omnilife hambriento de eventos de calidad empezaba a llenarse poco a poco con gente deseosa de corear las canciones de una leyenda viviente, de un hombre icónico de la música y cultura popular, Sir Paul McCartney.

No es necesario siquiera mencionar cuántas generaciones se congregaron, ancianos, niños, jóvenes o cuánta gente vistiendo playeras con los rostros de Paul, George, John y Ringo, cuántas banderas de la Union Jack en sombreros,  o a aquel cuarteto de fans vestidos al estilo Sgt. Pepper. Todos congregados con el mismo fin del cual hasta la misma luna parecía querer ser testigo.

Empezando a las nueve treinta de la noche, sale Paul al escenario alzando su mano izquierda en señal de saludo, después de colgarse su bajo los primeros acordes de Magical Mistery Tour comienzan a sonar y todos estallamos de emoción que habíamos estado conteniendo.

Fueron tres horas con una seguidilla de éxitos musicales tanto de The Beatles como de la carrera de solista de McCartney [y Wings] como Drive My Car, Maybe I’m Amazed, The Long And Winding Road, A Day In The Life, Jet, Let It Be, Hey Jude, Nineteen Hundred and Eighty-Five, y muchísimos más para dar  forma al repertorio de aquella noche que contó con cuarenta canciones. Un recorrido por cincuenta años de historia.

La noche transcurrió entre el éxtasis y el repentino viento frío, pero jamás dejamos que eso afectara el ánimo.

Paul, procuraba hablar en español, o digamos, leerlo en el acordeón que yacía junto a él en el suelo, saludando con su ‘¡Hola, Guanatos!’, o refiriéndose a las canciones como ‘rolas’, explicando cómo gracias al ‘cuento de los tres conejos sentados bajo un árbol’ había ‘aprendido’ español.

A pesar de sus casi setenta años, es un hombre lleno de energía que a su vez es contagiada a nosotros como público, sin duda, su sólo carisma podría llenar el estadio.

En lo personal, la emotividad llegó a tal grado que, al escuchar The Long And Winding Road mi piel se enchinó e involuntariamente unas cuantas lágrimas brotaron, o cuando grité al  escuchar A Day In The Life, o Something [donde la intorducción la tocó con ukulele], Yesterday, o al ver salir a un mariachi para acompañar a Ob-La-Di Ob-La-Da.

No le puedo poner ni un pero al evento en gerenal, [quizás un tanto a nuestra ubicación, pero es lo de menos y a las cervezas, esas si eran una mentada de madre, cien pesos cada una], fue todo espectacular, escuchar todos esos éxitos en voz de uno de sus creadores no tiene comparación.

Una leyenda no se ve todos los días.

*Setlist:


* Les faltó incluir Paperback Writer.

   


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