Cuando Todo Cambia...

Creo que esta es la primera vez que hago un post en una Cuidad que no sea mi Cuidad natal. Ahora mismo tengo una vista hacia Av. Carranza, la calle está prácticamente vacía, el restaurant de comida -hamburguesas- rápida debió permanecer cerrado, son las 13.22 y parece no tener muchos clientes, en su estacionamiento hay un par de autos.

Hoy es un día que hace más frío que ayer, el fuerte viento quizás tenga algo que ver. Ayer... ayer todavía era dos mil nueve, ayer a esta hora preparaba mis cosas para salir del trabajo y ya no volver más -ya no sé si afortunada o desafortunadamente-, tantas cosas que viví en la agencia, desde estrés y corajes hasta momentos llenos de risa, aprendizaje y de gente nueva con bastante frecuencia. Dos años ocho meses duró la experencia. Ayer, decidimos brindar por última vez en el año como compañeros de trabajo David y yo, mientras los demás ya tenían un par de días de vacaciones. Queda pendiente el brindis con Cayito.

Entro a una etapa nueva, pero -desafortunadamente- no desconocida.

Ayer, todavía hora u hora y media antes de acabar el 2009 me sentía bien, pero en cuestión de segundos cambió, un dolor intenso que me hizo cerrar el año no tan bien -en cuanto a salud- como hubiera deseado, hoy el dolor es aun más fuerte, mi quijada no ha dejado de molestarme desde ayer... es tan raro tardar tanto en comer -sobre todo para mi-, hasta tomar agua me cuesta trabajo, hablar tampoco es tan sencillo, incluso el estar en silencio duele.

Afortunadamente, es un mal que no pasa de provocarme el decir maldiciones cada que siento el dolor. Aun así, cómo duele.

13.39 y el restaurant de comida rápida, ya tiene en su estacionamiento seis autos.

Cheers!