Hate this & I'll love you

Me sorprende tu asombro.

Prólogo

Tras dos años y medio y la insistencia de tu pregunta, ¿esperabas que mi respuesta cambiara? Poco inteligente de tu parte. Si te incomodó leer, -sí, leer como ha sido en estos casi dos años y medio- que pienses lo que quieras pensar, deberías estar acostumbrada, pues parece que siempre ha de ser así. Ya te andaba por preguntar, bien lo dijiste.

Capítulo I

¿Que si te odio?

Seguro debería hacerlo, pues tu comportamiento en aquella última semana lo merece, aún así, sabes que no soy de ese tipo de persona. Yo tendría el valor de decírtelo mirándote a los ojos, no evitándote, tal como lo hiciste tú aquel último día, tu valor se redujo a terminar todo por la manera más fría, ¿tan poco valor tengo –tuve- para ti?

Sólo pudiste dedicarme un par de líneas al darme a conocer tu adiós, por el mensajero instantáneo, así de inmensa fue tu valentía.

No fui merecedor de que me lo dijeras de frente. Días, meses, años después, quieres que todo sea igual que antes, ¿crees que sea posible?, ¿qué respuesta te da mi comportamiento?

Capítulo II

Juegos sucios.

O quizás recuerdes los días en que buscabas quién pagara los platos rotos, e invariablemente era yo –para tu complacencia-, a pesar de no tener vela en el entierro, pero sabías que no me pondría violento –ojalá lo hubiera hecho- y empezaría una batalla campal por insignificancias que a mi jamás me concernieron.

¿Recuerdas cuántos enojos te provocaba que no le entrara a tu jueguito?, deseabas que me enojara por cualquier motivo, así fuera porque mi opinión sobre alguna película fuera diferente a la tuya. ¡Qué infantil! Sí, siempre fui tolerante –o un pendejo sumiso, como quieras verlo- y sin embargo, tu recurrente pregunta siempre ha estado ahí.

Capítulo III

¿Lo recuerdas?

Por supuesto, no creas que me he olvidado los buenos momentos –como te lo dije la única vez que nos hemos visto en este montón de meses-, como parece que tú sí has hecho; por eso evito ‘hablarte’, para no ponerte en evidencia como lo he hecho decenas de veces.

También, creo tienes un grave problema de amnesia para recordar los malos días, o quizás debería decir, tienes memoria selectiva y yo soy muy fijado. No, no voy a ejemplificar, capaz y lo refutas, pero quizás ‘Los Cabos’ te digan algo.

Y aún así, no te he dado el gusto de leer eso que parece deseas tanto leer. ¿Por qué tu insistencia?

Final.

A tu consideración.

¿Hoy te odio o lo hago de meses atrás? Eso, decídelo tú –repito- puedes pensar lo que quieras pensar, al fin y al cabo lo que yo sienta o piense, no parece importar –jamás-.

Cheers!