Así fue el domingo pasado, el domingo del Super Tazón, hace unos 15 días me extendieron la invitación, de manera verbal, nada de tonteras de invitaciones físicas que igual 'pierdes' en un momento para usarla como excusa para no asistir, pero ya apalabrados ni como echarse para atrás, aunque al menos yo no pensaba hacerlo.
La cita fue a partir de las dos de la tarde en el Rancho de 'Adonis', no, no es un rancho con cientas de hectáreas de huertos, o decenas de cabeza de ganado, ni lagos artificiales acompanados en su rivera por gigantes árboles para guarecerse mientras se hace pesca deportiva, ni tampoco tiene el campo adecuado para hacer algo de equitación mientras empieza el juego en elegantes caballos purasangre. No, nada es así.
Sin embargo, es lo de menos, tenemos campo abierto, un mezquite enorme que nos proporciona sobra y protección del viento fuerte que por momentos se dejaba sentir. Debajo de esa sombra, una mesa en la que se encuentra marinando la carne que comeremos, que se asará en aquel rudimentario asador que ya empieza a echar humo por aquellos rojizos carbones, minutos después, empieza a escucharse a la carne chistar.
La bebida de cebada desde un inicio anda de aquí por allá en raudales, en ocasiones parece que hay promoción, tres por uno, mientras yo bebo una, hay quienes se toman tres, son los que pierden la batalla de manera inmediata, no importa, ni los conozco y en un par de horas se irán. Los teléfonos suenan pidiendo información de cómo llegar al rancho, la hora del juego se aproxima, los últimos preparativos estan por ver su fin, se improvisa una mesa con un barril metálico, encima de él un pintarrón, ya está, sólo falta poner la tele sobre la endeble mesa. También se improvisan sillas, botes, hasta la hielera.
El juego, al menos para tres de nosotros, -'Adonis', 'Mercurio' y yo-, tiene un sabor especial, el sabor que le pone un poco de dinero al juego, esa quiniela que se hizo entre sabra Dios sabe cuánta gente, obvio, todos queríamos al menos recuperar nuestra inversión. El primer cuarto no pintó bien para nadie de nosotros tres, para la trsiteza, una ronda de cerveza... o quizás dos. El siguiente cuarto, nos acercamos, pero había inseguridad de que beneficios tuvimos, termina la primara mitad, 'Mercurio' se comunica con el 'Sr. Jefe'. -¡Hola!, ¿qué tal vamos?-, pregunta 'Mercurio', sonrié mientras escucha la respuesta, al colgar su teléfono grita, ¡me llevé el 2do. cuarto, me lo llevé!.
El medio tiempo, a nadie le importa, todos nos alejamos de la 'sala', una cervecita más para comentar sobre el juego, que luego se torna en plática de otros asuntos, y visitas a losinexistentes baños. Empieza la segunda mitad, sin pena ni gloria. El cuarto cuarto nos trae a algunos emociones, a otros desilución, no acerté a ningún cuarto, ni 'Adonis', sólo 'Mercurio'... pero faltaba ver el marcador final, y desde entonces maldigo los 'safety', los maldigo enormemente, 27-23, marcador final, mi predicción había sido, 27-21...
=D De cualquier manera, me gané una lana, por aproximarme tan brutalmente, ya eramos dos los que brindábamos por el triunfo obtenido, menos uno, vaya, eso de apoyar a los Cardenales desde un principio, al mal augurio llamó... y alguien más brindaba, pues si bien, no estaba en nuestra quiniela, al Señor de alguna tienda, un cartón de rubias apostó y ganó. Así fue aquel domingo, lleno de anécdotas, risas, convivencia y algo de lanita en la cartera.
Cheers!
La cita fue a partir de las dos de la tarde en el Rancho de 'Adonis', no, no es un rancho con cientas de hectáreas de huertos, o decenas de cabeza de ganado, ni lagos artificiales acompanados en su rivera por gigantes árboles para guarecerse mientras se hace pesca deportiva, ni tampoco tiene el campo adecuado para hacer algo de equitación mientras empieza el juego en elegantes caballos purasangre. No, nada es así.
Sin embargo, es lo de menos, tenemos campo abierto, un mezquite enorme que nos proporciona sobra y protección del viento fuerte que por momentos se dejaba sentir. Debajo de esa sombra, una mesa en la que se encuentra marinando la carne que comeremos, que se asará en aquel rudimentario asador que ya empieza a echar humo por aquellos rojizos carbones, minutos después, empieza a escucharse a la carne chistar.
La bebida de cebada desde un inicio anda de aquí por allá en raudales, en ocasiones parece que hay promoción, tres por uno, mientras yo bebo una, hay quienes se toman tres, son los que pierden la batalla de manera inmediata, no importa, ni los conozco y en un par de horas se irán. Los teléfonos suenan pidiendo información de cómo llegar al rancho, la hora del juego se aproxima, los últimos preparativos estan por ver su fin, se improvisa una mesa con un barril metálico, encima de él un pintarrón, ya está, sólo falta poner la tele sobre la endeble mesa. También se improvisan sillas, botes, hasta la hielera.
El juego, al menos para tres de nosotros, -'Adonis', 'Mercurio' y yo-, tiene un sabor especial, el sabor que le pone un poco de dinero al juego, esa quiniela que se hizo entre sabra Dios sabe cuánta gente, obvio, todos queríamos al menos recuperar nuestra inversión. El primer cuarto no pintó bien para nadie de nosotros tres, para la trsiteza, una ronda de cerveza... o quizás dos. El siguiente cuarto, nos acercamos, pero había inseguridad de que beneficios tuvimos, termina la primara mitad, 'Mercurio' se comunica con el 'Sr. Jefe'. -¡Hola!, ¿qué tal vamos?-, pregunta 'Mercurio', sonrié mientras escucha la respuesta, al colgar su teléfono grita, ¡me llevé el 2do. cuarto, me lo llevé!.
El medio tiempo, a nadie le importa, todos nos alejamos de la 'sala', una cervecita más para comentar sobre el juego, que luego se torna en plática de otros asuntos, y visitas a los
=D De cualquier manera, me gané una lana, por aproximarme tan brutalmente, ya eramos dos los que brindábamos por el triunfo obtenido, menos uno, vaya, eso de apoyar a los Cardenales desde un principio, al mal augurio llamó... y alguien más brindaba, pues si bien, no estaba en nuestra quiniela, al Señor de alguna tienda, un cartón de rubias apostó y ganó. Así fue aquel domingo, lleno de anécdotas, risas, convivencia y algo de lanita en la cartera.
Cheers!
2 Opiniones:
mar feb 03, 01:54:00 p.m.
O sea que si no fuera por el safety....
El simple hecho de pasarla con amigos, carne, cerveza (y botanas supongo) lo hace chido y con el bonus de la quiniela debió ser mas.... ¿emocionante?.
Lastima que ganaron los Steelers.
Ta chido que te la hayas pasado chido.
Saludos!
mié feb 04, 11:36:00 p.m.
Que me paaaaaague! que me pagueeee! es que soy pobre y no me han pagado..
:(
Eso quiere decir que abonaron y regaron el rancho?
jojojo
Que bueno que ganaste, aunque hubiera estado mejor que te mocharas..:P
saluditoooooooos!
"mercurio"? es plateado..? jajaja
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