El fenchui

| 28 octubre 2019 | |
El lunes pasado hice un pequeño cambio en el local, pero que ha sido, para mi, beneficioso. Resulta que el local lo comparto con un amigo, él con su negocio que es sólo atender gente, por lo cual no requiere de mobiliario mas que un escritorio y silla. Eso era hasta hace un año aproximadamente, pues metió una vitrina para vender cucherías.

Si bien no tengo problemas con él, más que los clásicos de una convivencia diaria, a veces me desesperan algunas costumbres de mi amigo,  por ejemplo, en el aspecto de la limpieza, yo suelo ser limpio, sacudo mis muebles, trato de tener limpio mi espacio y él es el caso contrario. Sus únicos muebles los limpia de vez en cuando, muy de vez en cuando, puedo decir. Otra cosa es que a él le encanta desayunar/comer aquí, a pesar de que tenemos horarios para hacerlo en nuestras casas, y que él vive cerca de aquí. Lo molesto con el hecho de que coma aquí es que, por lo regular es comida chatarra, por lo tanto, olorosa. Un día es pizza, al siguiente hamburguesas, luego sushi, y ni hablar del día que comió birria, etc., entonces, me tuve que comprar un aromatizante pues, gastaba más en inciensos.

El problema es que, compartimos una barra, es una al estilo de esas de cocina, pero más alta y sin puertas (era útil antes para mi negocio, pero no quise venderla con otro equipo del que ya me deshice), que usamos como escritorio y es aquí donde vienen algunos conflictos.

(algo así, pero como dije, sin puertas y de tres metros de largo)

Para empezar, el simple hecho de que si quería pasar, tenía que ser detrás de mi... la cuestión es que lo hace decenas de veces, pues él no puede estar al teléfono sin moverse, así que se pasea por todo el local, eso incluye pasar detrás de mi un montón de veces, han sido 6 años así y no deja de ser incómodo. Luego, el mismo tema de la suciedad, yo puedo tener mi espacio muy limpio, pero su lugar... pues cochino y los clientes no se van a poner a decir 'él es limpio y él no', será más un 'son cochinos'.

Como mis productos los tengo exhibidos a lo largo del local, es raro tener un cliente en mi parte de 'escritorio', pero en el caso de mi amigo es diferente, sus clientes siempre los tenemos frente a nosotros, sí, nosotros. Pues, si una persona va a solicitar los servicios que ofrece mi amigo, tienen que acercarse a la barra, el problema es cuando vienen acompañados, pues todos quieren estar encima, así sea sólo uno el interesado en el servicio.

No fue hasta hace un par de semanas que terminó por desesperarme la situación, pues de pronto, me sentí incómodo, al grado de sentir agobio, por el hecho de tener la cara de alguien que, ni me está comprando, ni hablándome, frente a mi y puede ser peor, cuando sueltan olores poco agradables. Antes aguanté seis años.

Entonces, de forma unilateral como dueño del mobiliario, tomé la decisión de cortar en dos la dichosa barra, y mover mi parte a otro lado del local y hasta ahora, todo está más relajado. Desde el hecho de que ya puedo leer sin ver cómo se extiende una mano al lado de mi pintándome dedo,  o que ya puedo poner mi silla de forma correcta (pues antes la tenía que poner con el respaldo haca mi costado izquierdo para que pudiera pasar mi amigo), ya puedo hacer ediciones sin que de pronto sentir una mirada encima y cuestionándome qué hago y lo mejor de todo, no tener gente tan cerca y frente a mi.

(A distancia prudente y ahora hasta hacen fila)



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