Another One Bites The Dust

En el post anterior, mencioné sobre un secuestro, ahora, sobre las balaceras registradas ayer, aquí en "pueblo quieto"

Tres balaceras, dos heridos

Otra jornada de terror y de sangre se vivió este martes en Aguascalientes tras registrarse tres impresionantes balaceras al oriente y norte de la ciudad con un saldo de dos lesionados, un policía preventivo de Jesús María y un albañil, siete «Zetas» detenidos, un arsenal decomisado así como una bodega asegurada en el fraccionamiento Pintores Mexicanos en la que se encontraron cinco vehículos.

A un año y cuatro meses de los sangrientos hechos en los que cuatro policías preventivos perdieron la vida, ayer se volvió a tener otra cruenta batalla entre sicarios y policías con el resultado ya mencionado.

Sin embargo, hubo otros miembros del crimen organizado que lograron darse a la fuga y de los que hasta anoche nada se sabía, por lo que los operativos de seguridad se reforzaron por toda la ciudad.

Las víctimas de las balaceras fueron el oficial Orestes Ramírez Romo, de la Policía Preventiva de Jesús María y el albañil Daniel Gómez Sánchez, de 24 años y con domicilio en la calle Morelos número 122 en Corral de Barrancos, Jesús María.
El uniformado terminó internado en una clínica particular ubicada al sur de la ciudad ya que presentaba una herida producida por proyectil de arma de fuego en la pierna izquierda con fractura de fémur y un «rozón» en la región occipital izquierda de cráneo.

Por su parte, el albañil sufrió una herida en el glúteo izquierdo y fue encamado en el Hospital Miguel Hidalgo.
Ambos fueron reportados fuera de peligro al cierre de la presente edición.

PRIMER ENFRENTAMIENTO

A decir de la información que se pudo recabar con relación a los hechos, todo comenzó en el fraccionamiento Pintores Mexicanos, al oriente de la ciudad, minutos antes de las seis de la tarde.

Vecinos del lugar reportaron a los Servicios de Emergencia haber detectado tres camionetas con sujetos sospechosos a bordo, siendo dos Suburban y una Silverado.
Una camioneta-patrulla de la Policía Preventiva, del Grupo Canino, fue la primera que llegó al lugar del reporte e incluso se topó de frente con una de las camionetas de los sospechosos.

Estos, al verla, chocaron intencionalmente la patrulla y la arrastraron varios metros al tiempo que sus tripulantes disparaban contra los policías, aunque no lograron herir a nadie.

La patrulla recibió tres impactos de bala en el parabrisas y uno más en el cofre, tras de lo cual los policías descendieron de ella y repelieron la agresión también a tiros al tiempo que solicitaban refuerzos.

Los sicarios se dieron a la fuga a toda velocidad formando un convoy, logrando llegar a la avenida Aguascalientes para enfilar hacia el poniente hasta llegar a Universidad e incorporarse a ésta hacia el norte.

La balacera fue reportada a todas las corporaciones policíacas y de inmediato se implementó un operativo en el que participaron elementos de las Policías Preventiva, Estatal y Ministerial así como de las Fuerzas Federales de Apoyo de la Policía Federal.

El convoy de los sicarios fue detectado precisamente transitando hacia el norte por avenida Universidad, por lo que los policías fueron en su persecución.

SEGUNDA BALACERA

Ya sobre el boulevard Miguel de la Madrid, pasando el fraccionamiento Trojes de Cristal y a la altura del antro conocido como «Brixton» se registró una segunda balacera.

En ese sitio, aparentemente, los sujetos sospechosos se dispersaron y lo cual provocó el enfrentamiento con los policías.

De ambos bandos hubo intercambio de balazos y uno de sus proyectiles, perdido, llegó hasta una casa en construcción en la que se encontraban laborando varios albañiles, a uno de los cuales alcanzó a herir en el glúteo izquierdo.

Durante varios minutos hubo intercambio de balazos entre policías y sicarios, aunque no hubo ninguna baja de ninguna de las partes, aunque el civil, que nada tenía que ver en los hechos, resultó herido.

Instantes más tarde sería auxiliado por paramédicos de la Cruz Roja y llevado en primera instancia a la clínica del ISSSTE, aunque luego fue canalizado al Hospital Hidalgo.

Luego de la refriega, los sicarios se dieron a la fuga por diferentes rumbos, unos por Paseo de Maravillas y otros por el propio boulevard Miguel de la Madrid, hacia Jesús María, siendo perseguidos por los policías ya con apoyo de elementos de la Dirección de Seguridad Pública de ese municipio.


TERCERA BALACERA

Unos de los sicarios lograron llegar a la carretera 18, que conduce de Jesús María a Valladolid y a la altura de la comunidad El Cenizo, antes de llegar a la curva de una carretera que conduce a El Aurero, sostuvieron un tercer enfrentamiento con policías.
Los pistoleros lograron herir al oficial Orestes Ramírez Romo en la pierna izquierda y en la cabeza, aunque por fortuna no de gravedad, además de que balearon las patrullas 379 y 465 de la Preventiva jesusmariense y la 0063 de la Policía Estatal, la cual presentaba impactos en el toldo, en la cajuela y en la puerta delantera izquierda.

Luego de esta tercer balacera, los sicarios lograron huir rumbo a Valladolid y lograron perdérseles a los uniformados que los seguían pese a que la movilización y persecución fue intensa y numerosa.

El operativo alarmó obviamente a todos los habitantes de Jesús María y sus comunidades ya que eran decenas de patrullas y cientos de elementos policíacos los que perseguían a los prófugos sicarios.

La psicosis cundió en todo Aguascalientes ya que al mismo tiempo en que se registraban las balaceras, se reportaban más camionetas sospechosas en otros puntos de la ciudad.

Cabe señalar que a este lugar de la tercera balacera acudieron paramédicos del ISEA para brindar los primeros auxilios al policía herido y luego llevarlo a recibir atención al nosocomio en el que quedó internado.

ABANDONARON UNA CAMIONETA

A la par de la balacera que ocurría en la carretera Jesús María-Valladolid, otros policías perseguían a otros sicarios que cruzaron la cabecera municipal y se internaron en la colonia Los Arroyitos.

Los sujetos alcanzaron a llegar a un camino de terracería en el que decidieron dejar abandonada la camioneta en la que viajaban y huir pie a tierra corriendo por varias calles ante el asombro de los vecinos, quienes no intentaron detenerlos.
Instantes después los policías lograron encontrar y asegurar dicha camioneta, la cual era una Chevrolet Silverado en color arena, de doble cabina, Pick-Up y con placas de circulación 7VN-H46 de Texas.

Esta presentaba once impactos de bala en el parabrisas, estableciéndose que fueron hechos de adentro hacia afuera, es decir, que los efectuaron los sicarios en contra de los policías en uno de los enfrentamientos.

Además, la llanta delantera izquierda había desaparecido por completo ya que sólo tenía el rin, que había quedado al descubierto.

A bordo de la camioneta se encontraron algunas armas largas y otros objetos, todo lo cual fue asegurado. De hecho, varios de estos artículos fueron hallados en plena calle ya que los sicarios se deshicieron de éstos al momento de darse a la fuga.
Se decomisaron dos armas largas, al parecer rifles R-15, siete cargadores, tres granadas de fragmentación, varias fornituras para armas de fuego, chalecos anti-balas y hasta un arma blanca.

A ese sitio acudió el agente del Ministerio Público en turno para dar fe del aseguramiento de la camioneta y de todo lo demás, siendo trasladada la unidad a la Policía Ministerial a bordo de una grúa.

Tras encontrar la camioneta abandonada, los policías se movilizaron en la zona en busca de los sicarios pero no tuvieron éxito.

Se implementaron varios operativos en todo Jesús María pero no se logró localizar a los sicarios. De hecho, se reportó que habían sido vistos en Los Pocitos, pero al «peinarse» ese lugar no se les vio por ningún lado.

Más tarde se «reventaría» la casa de seguridad en el fraccionamiento Villas de San Nicolás en el que se detuvieron a siete «Zetas».


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