Cuatrocientas calorías...

| 27 abril 2012 | |
Va otro de gimnasio.

Hay una señora, que con solo verla me cae mal desde que asisto al gym, al parecer no soy el único que percibe esa antipatía.

Lo malo con esta señora es que todo el tiempo tiene algo que reclamarle a los instructores, su típico reclamo: 

¿No puedes cambiar tu rutina?, es que no he quemado mis cuatrocientas calorías diarias.’, esté en la disciplina que esté siempre será lo mismo.

Al ver que ningún instructor le hacía caso, se puso a entrenar por su parte y creo que descubrió la forma de quemar su cuota de calorías diaria, no dejar de hablar… y andar de intrigosa y así.

Se sube a una bicicleta y el pedaleo es a ritmo lento, pero el hocico, digo, la boca no le para; va al área de pesas y hace una repetición por cada quinientas treintaisiete palabras. Las he contado.

En disciplinas como yoga, spin, zumba, etc., si no hay más de dos usuarios, la clase se suspende, pues bien, hoy, esta señora estaba montada en una bicicleta [que está fuera del área de spin] y para no variar, chacoteando con la dueña del gimnasio y el diálogo que escuché mientras registraba mi entrada fue el siguiente:

Señora intrigosa: ¡Ah, ahora ya se dan clases con una sola persona
Dueña: No, tienen que ser dos.
SI: Ah, es que yo creí, como esta una sola persona y la instructora
D: Pero no hay clase…
SI: ¡Sí, hay un señor pedaleando!

Cabe mencionar que sí, había sólo una persona en spin y sí, estaba la instructora pero el señor sólo estaba pedaleando tal y como lo hacía la señora intrigosa y la instructora no estaba dando clase, cosa que al parecer la dueña pudo constatar.

¿Qué gana la señora intrigosa?... además de sólo crear enemistades.

C

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