Something for nothing...

| 28 marzo 2011 | 1 Opiniones |
Hace un buen rato no hablaba sobre mis días en el gym, y he querido hacerlo desde el miércoles pasado.

Una de mis quejas principales siempre ha sido el cambio contínuo de instructores, no le agarra el modo a alguno cuando los cambian, por el motivo que se le ocurra inventar al dueño [y siempre ha de terminar cayendo en contradicciones].

Semana y media atrás, mi instructor [y nutriólogo] se salió porque encontró otro lugar donde le pagan mejor [no lo dudo, acá les pagan una miseria] por lo cual estuve tres días sin instructor. El miércoles de la semana pasada llegó uno nuevo que lo puedo definir fácil con una palabra: MAMÓN.

Cuando uno llega a un nuevo trabajo, lo que hace uno es presentarse con sus compañeros y 'ponérse a sus órdenes' [nunca me gustó esa expresión]. Pues bien, la hora y media que estuve en el gym, este pelafustán se dedicó a platicar con una chava ignorándonos a todos los demás, por lo cual, no se presentó. El jueves lo mismo, el viernes, llevó a su noviecita y se paseó por las instalaciones rasurándose... y hoy lunes... pa' qué sigo.

La buena noticia es que, hoy fue su último día -de su breve estancia-. Ahora tengo una instructora que, al menos, dejó una muy buena primera impresión. En cuanto terminé de calentar se me acerca y se presenta además de ponerme una rutina y estar al pendiente, lo que se supone, mínimo debe hacer un instuctor... y una persona educada.

Quizás me pueden decir que soy muy quisquilloso, pero la verdad, para mi cuenta mucho la primera impresión, aquel tipo demostró ser un patán, y no sólo a mi, sino a varios usuarios.

Karma.

Cheers!