Keith Emerson.

| 02 noviembre 2019 | 0 Opiniones |
Otro de esos genios que tristemente ya no están más con nosotros, hoy cumpliría 75 años. 

Keith Emerson, un virtuoso con los teclados, mezclando el rock con el jazz y la música clásica ya fuera con The Nice o con la legendaria Emerson, Lake & Palmer (ELP) y algún otro proyecto, como Emerson, Lake & Powell. Empezó acompañado de sus teclados Hammond, para luego conocer los sintetizadores Moog

Recuerdo que lo primero que escuché de ELP, sin saberlo, fue Fanfarre For The Common Man, (que es un arreglo especial, pues el tema original es del compositor Aaron Copland), y es que el tema era utilizado en el programa Deportv. Ya de forma consciente fue el famoso Tarkus, pero cómo me costó trabajo digerirlo (como la mayor parte del rock progresivo en un principio), luego, un día en una tienda de discos me encontré con Trilogy y de inmediato lo compré, para ese entonces, no había escuchado prácticamente nada de ellos, sólo lo que pasaban en un programa de la televisión local que conducía Enrique Campos Ceccopieri, en una de las emisiones pusieron un video de ellos en vivo y era increíble la energía de Keith en los teclados, estaba rodeado de ellos, brincaba sobre ellos. No estoy seguro si fue este mismo video que está en YouTube, de un show en Zurich, en 1970.

Tristemente, tras perder habilidades en sus manos y otros problemas más, lo llevó a tomar la decisión de acabar su vida a sus 71 años.

Don Carolino

| 29 octubre 2019 | 0 Opiniones |
Él es don Carolino, varias veces por semana viene a pepenar cartón en el contenedor que tenemos frente al local.

Yo desconocía su edad hasta que leí el artículo, a pesar de lo cansado que es la actividad que realiza, siempre se le ve de buen humor, lo conoce medio mundo y no se diga a su perrito Pinto, en ocasiones es un espectáculo ver las acrobacias que hace, al grado de que en no pocas ocasiones, la gente se para para grabar algún video o tomarle fotografías cuando está en la cima del triciclo.

Recuerdo alguna ocasión en que don Carolino gritaba desesperado: - '¡Pinto, Pinto!', tras un, '¡Pinto, ven, ya nos vamos!', esto llamó mucho mi atención porque regularmente es un perro muy obediente, le grita una sola vez y de un brinco está sobre el triciclo, a veces batalla para subir dependiendo de qué tan alto esté el montón de cartones y es entonces cuando don Carolino tiene que cargarlo para ponerlo en su posición, pero aquella vez no apareció por más que le gritaba, al ver que aumentaba su desesperación, lo ayudamos a buscarlo por las cercanías y nada, pobre don Carolino, se veía muy triste, no aparecía su inseparable compañero.

Para la siguiente vez que andaba por este rumbo, ya venía acompañado nuevamente del gran Pinto, le pregunté que qué había pasado y me contó que se había metido a una privada y que había hecho travesuras con una perrita... meses después, los dueños de la perrita le dieron una cachorrita al don, era idéntica a Pinto, tanto así que la nombró Pinta, y ahí se veía a don Carolino de arriba a abajo acompañado de sus dos perritos, llegaba al contenedor de aquí y de inmediato se bajaba Pinto, por su parte, Pinta siempre dudaba por dónde bajar, hasta que don Carolino la bajaba y de inmediato se iba a buscar sombra junto a su papá. Desafortunadamente, Pinta no vivió mucho.

Han habido un par de momentos en que lo he visto con una sonrisa aún más grande que la de costumbre. Una de ellas fue aquel día en el que se encontró un reloj de pulsera dentro del contenedor, entró al local y me preguntó que si serviría, le dije que parecía estar en buenas condiciones, pero que se había quedado sin pila, (era un Fossil y al parecer original), luego luego sonrió, creo que imaginaba lo que podía sacar en caso de venderlo.

La otra ocasión fue cuando se encontró una cartera, la abrió y no contenía ni una sola identificación pero sí una buena cantidad de billetes, sólo lo escuché decirle a su perrito: '¡Ya la hicimos, Pinto, ya la hicimos!' mientras veía una y otra vez aquel contenido, como si no creyera lo que veían sus ojos.


'Poverty of goods is easily cured; poverty of the mind is irreparable'

El fenchui

| 28 octubre 2019 | 0 Opiniones |
El lunes pasado hice un pequeño cambio en el local, pero que ha sido, para mi, beneficioso. Resulta que el local lo comparto con un amigo, él con su negocio que es sólo atender gente, por lo cual no requiere de mobiliario mas que un escritorio y silla. Eso era hasta hace un año aproximadamente, pues metió una vitrina para vender cucherías.

Si bien no tengo problemas con él, más que los clásicos de una convivencia diaria, a veces me desesperan algunas costumbres de mi amigo,  por ejemplo, en el aspecto de la limpieza, yo suelo ser limpio, sacudo mis muebles, trato de tener limpio mi espacio y él es el caso contrario. Sus únicos muebles los limpia de vez en cuando, muy de vez en cuando, puedo decir. Otra cosa es que a él le encanta desayunar/comer aquí, a pesar de que tenemos horarios para hacerlo en nuestras casas, y que él vive cerca de aquí. Lo molesto con el hecho de que coma aquí es que, por lo regular es comida chatarra, por lo tanto, olorosa. Un día es pizza, al siguiente hamburguesas, luego sushi, y ni hablar del día que comió birria, etc., entonces, me tuve que comprar un aromatizante pues, gastaba más en inciensos.

El problema es que, compartimos una barra, es una al estilo de esas de cocina, pero más alta y sin puertas (era útil antes para mi negocio, pero no quise venderla con otro equipo del que ya me deshice), que usamos como escritorio y es aquí donde vienen algunos conflictos.

(algo así, pero como dije, sin puertas y de tres metros de largo)

Para empezar, el simple hecho de que si quería pasar, tenía que ser detrás de mi... la cuestión es que lo hace decenas de veces, pues él no puede estar al teléfono sin moverse, así que se pasea por todo el local, eso incluye pasar detrás de mi un montón de veces, han sido 6 años así y no deja de ser incómodo. Luego, el mismo tema de la suciedad, yo puedo tener mi espacio muy limpio, pero su lugar... pues cochino y los clientes no se van a poner a decir 'él es limpio y él no', será más un 'son cochinos'.

Como mis productos los tengo exhibidos a lo largo del local, es raro tener un cliente en mi parte de 'escritorio', pero en el caso de mi amigo es diferente, sus clientes siempre los tenemos frente a nosotros, sí, nosotros. Pues, si una persona va a solicitar los servicios que ofrece mi amigo, tienen que acercarse a la barra, el problema es cuando vienen acompañados, pues todos quieren estar encima, así sea sólo uno el interesado en el servicio.

No fue hasta hace un par de semanas que terminó por desesperarme la situación, pues de pronto, me sentí incómodo, al grado de sentir agobio, por el hecho de tener la cara de alguien que, ni me está comprando, ni hablándome, frente a mi y puede ser peor, cuando sueltan olores poco agradables. Antes aguanté seis años.

Entonces, de forma unilateral como dueño del mobiliario, tomé la decisión de cortar en dos la dichosa barra, y mover mi parte a otro lado del local y hasta ahora, todo está más relajado. Desde el hecho de que ya puedo leer sin ver cómo se extiende una mano al lado de mi pintándome dedo,  o que ya puedo poner mi silla de forma correcta (pues antes la tenía que poner con el respaldo haca mi costado izquierdo para que pudiera pasar mi amigo), ya puedo hacer ediciones sin que de pronto sentir una mirada encima y cuestionándome qué hago y lo mejor de todo, no tener gente tan cerca y frente a mi.

(A distancia prudente y ahora hasta hacen fila)